El poder de las miradas... Hubo una época en que estaba obsesionada con las miradas, leía todos estos libros de historias de amor y odio y que se lo transmitían con la mirada. Nunca he amado ni odiado a alguien como para transmitírselo así pero lo que si me intrigaban eran los otros sentimientos. Como sabes que alguien te transmite seguridad, bondad, incertidumbre, alegría, decepción, deseo o cualquier otro sentimiento solo mirándote? En esta época de la que hablo me fije en muchas miradas, tratando de descifrar lo que transmitían, comencé con mis amigos y me enteraba mas de lo que sentían por su cara o gestos que por la mirada. Luego probé con extraños, gente con la que intercambiaba mas de 15 seg de mirada y eso fue inútil, además que la gente me veía ya un poco raro por quedarme mirando fijamente. De la única persona que puedo decir que se lo que siente y hasta piensa con la mirada es mi mama. Y es que es lógico que se compruebe esto con la persona que mas quieres y con la que estas mas unida, a la que conoces plenamente. Con mis hermanos pasa mas o menos lo mismo, pero con ellos es mas hablando que mirando, porque también los conozco mucho que les hablo casi sin mirarlos porque se sus reacciones y respuestas, son tan predecibles... Pero puedo decir que falle en casi todos mis intentos, esperare a encontrar la persona con la que sienta ese tipo de conexión y me transmita por la mirada, otra persona aparte de mi mama, por favor.
Hoy me aburría en el metro y me distraje mirando a las personas. Había un chico muuuy lindo diagonal a mi(que estaba casi en la puerta) y lo mire, lo mire mucho. Cuando el se iba a bajar se puso delante de mi, pero el mirando al frente y yo mirándolo a el, o sea, lo veía de perfil pero estaba justo delante de mi, tan cerca que oli su perfume, muy bueno, que me recordó a alguien, todavía no se a quien. En fin, lo seguí mirando, ahora miraba para arriba porque era como una cabeza mas alto que yo, y lo miraba a los ojos y cuando se volteo a mirarme seguí mirando, no se que me paso que no baje la mirada, solo fue una fracción de segundo pero mis reflejos no funcionaron y no baje la mirada. El chamo se rió y saco su celular, a la altura que lo podía ver de frente y lo inclino un poco hacia mi. El fondo de pantalla era una foto de el y una chama. Yo me reí y ahí fue que se me ocurrió bajar la mirada, el salio y me despidió con la mano. Las miradas también se estrellan.
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