viernes, 1 de abril de 2011

Dia 1: Introdoucing the boy/friend

Un chico cualquiera, normal. Amigo desde hace no mucho tiempo pero que se siente cercano por todas las experiencias vividas juntos, a veces no funciono con él si no hay mas de una persona de por medio, es decir, tenemos conversaciones grupales estupendas pero cuando nos quedamos solos... poco o nada. Es raro.

Muy buen amigo, de esos que te cuidan y están pendientes que no te pase o falte nada. Siempre había sentido un cariño especial hacia él, muy callado y sereno, pero sobretodo lo que sentía era respeto, por esa misma actitud reservada que proyecta, hasta que una noche, de la nada se abre y me cuenta de sus cosas, de como había comenzado con su ex-novia y de como había tenido que dejar una relación por la distancia (hablándome de mujeres, por supuesto) pero yo encantada escuchándolo, ya que nunca nunca lo había escuchado hablar por tanto tiempo seguido y a partir de ese momento surgió algo en mi, algo que no me di cuenta al momento pero hoy que lo pienso todo comenzó esa noche, hace ya casi un año. Por supuesto no le hice caso y seguí con mi vida (él tenia novia), a partir de allí casi siempre hablábamos solos cuando nos veíamos, a veces poco tiempo, otras mucho tiempo, a veces nos interrumpían, otras yo misma me interrumpía al darme cuenta que no podía dejar de mirarlo y que tenia una sonrisa tonta escuchándolo.

Luego él ya no tenia novia, pero las cosas se enfriaron y ya no nos veíamos casi. Pasaron los meses, sin nada que contar, pero poco a poco volvió ese boy que es un friend, mas no boyfriend y afortunadamente (pensé) que no tenia ningún sentimiento escondido por allí, hasta que una noche, de la nada, pasó. Sin pensarlo y sin dudarlo, pasó. Y fue genial. Mas genial aun fue comprobar que nuestra relación no había cambiado, ninguna incomodidad o tratar ser ser algo que no eramos, de comportarnos como mas que amigos. Volvió a pasar y allí fue que mi mente comenzó a hacerse ilusiones y me cree toda una película yo misma que no era para nada la realidad que luego comprobé. En mi mente lo deseaba mas que en físico porque cuando estaba sola con él no me nacía decir o hacer las cosas que había planeado en mi cabeza. Y allí, tan rápido como nació, murió. Ya no le escribo, ni me escribe. Ya ni siquiera sueño con él, cosa que solía pasar casi todas las noches. Es como si su nombre fuera escrito con nubes en mi mente y vino un viento muy grande y se esfumo. De lo único que me arrepiento es de haber perdido en cierta forma a mi amigo, que esos no se encuentran todos los días, pero eso si tengo que recuperarlo, porque su amistad es mejor en la realidad que en mi cabeza.

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